¿Sabías que Hyundai, ese logo que parece una “H” inclinada, esconde una historia de pura evolución?
Todo comenzó en 1967, en Corea del Sur, cuando Chung Ju-Yung, un visionario con hambre de futuro, decidió que su país necesitaba algo más que reconstruirse tras la guerra: necesitaba moverse. Así nació Hyundai Motor Company, que significa algo como “modernidad” en coreano. Perfecto, ¿no?
Su primer gran paso fue construir su propio auto: el Hyundai Pony en 1975, ¡el primer coche surcoreano! De la mano de ingenieros británicos y diseño italiano, Hyundai no solo apostaba por hacerlo bien, sino hacerlo global.
Los años 80 y 90 fueron su escuela: exportaron millones de autos, se lanzaron a conquistar América, y aunque no todo fue perfecto al inicio (sí, hubo épocas donde Hyundai era sinónimo de barato pero frágil), nunca dejaron de evolucionar.
¿El gran giro? Invertir en calidad, diseño y tecnología. Lanzaron garantías enormes, apostaron por el diseño europeo, y hoy, con modelos como el Hyundai Tucson o el Ioniq 5, la marca no solo compite, sino que lidera la transformación hacia la movilidad eléctrica.
Hoy, Hyundai no solo fabrica coches: también imagina el futuro, con robots, taxis voladores y autos que se cargan con el sol. De un pequeño taller en Seúl a ser una de las mayores automotrices del planeta… Hyundai no sigue tendencias: las crea.